De las Abuelas a Roberto Fontanarrosa

Era un genio. Es un genio.

Es, porque su obra y la memoria de innumerables seguidores lo hacen siempre presente.
Es un genio. Hizo -y hace- reír y pensar sin creerse por ello que estaba por encima de los otros, al contrario, quiso ser uno más en el café, entre sus papeles, con los amigos, aun en los merecidos homenajes.

Un hombre que podía brillar en todas partes, que prefería la luz de la amistad, del encuentro, de la sinceridad.

Leer o escuchar alguna de sus anécdotas nos reafirman en nuestra convicción. ¿A quién sino a Fontanarrosa podría habérsele ocurrido considerar que Sarmiento estaba siempre con cada de mal humor sólo porque él no había terminado el secundario?

¿A quién sino a Fontanarrosa se le podría hacer ocurrido, cuando debió presentar su ponencia en el Congreso de la Lengua, entre la seriedad y la ampulosidad de los académicos, salir a defender las "pobres" malas palabras? ¿Por qué son malas -dijo- le pegaron a alguien?.

Genial explicando sus razones.

Las Abuelas pensamos algo parecido cuando vemos como muchos comunicadores y otros igualmente hipócritas se manifiestan escandalizados si alguien por radio o por la tele dice alguna de esas palabras "con tan mala prensa". Y, sin embargo no se escandalizan cuando se relatan hechos en los que se pronuncian palabras como picana, violación, tortura, desnutrición, hambre y tantas otras malísimas palabras.

Fontanarrosa, genio contra la hipocresía, la soberbia; genio del humor, de la alegría sana, del culto a la amistad y la sencillez. Genio capaz de sobrellevar la cruel enfermedad que le iba privando de la posibilidad de usar sus manos para crear arte, lucidez, belleza, humanidad y producir con ellos lectores que rían.

Abuelas de Plaza de Mayo tuvimos la enorme satisfacción de contarlo entre los jurados del concurso "De las huellas a las Palabras", ahora queremos rendir el homenaje a un hombre de nuestro pueblo que por su capacidad para decir cosas profundas -y no banalidades- de manera simple, supo ganarse un lugar en muchos corazones.